"No pinto el ser, pinto el pasar", dice Montaigne (Ensayos, III, 2), tal vez recordando a Heráclito. Todo está de paso por este lugar: lo mostrado, quien lo muestra, quien lo ve. Al fondo, la montaña Huangshan, en el corazón de China, por donde anduve deambulando hace unos años. Y conste que, si el título de este cuaderno está en francés, es solo porque en español ya estaba ocupado. En realidad, esa imagen, la montaña vacía, es un lugar común del taoísmo. ¿Y no son estos cuadernos, al fin y al cabo, un lugar común por donde todos transitamos? Lugares comunes, lugares ocupados, lugares vacíos.

viernes, 4 de febrero de 2011

Edward Estlin Cummings: poema-objeto

Debemos al poeta estadounidense E.E. Cummings (1894-1962) una de las obras a mi juicio más estimulantes, originales y libres que ha producido la poesía occidental durante todo el siglo XX. El poema que traigo y traduzco hoy aquí toca una de sus muchas fibras, la que podríamos llamar ontológica. Describe una tarta nupcial, empezando desde su cúspide, donde las figuritas de los novios se asientan en una corona, todo ello de pasta de azúcar, bajando en círculos concéntricos cada vez más amplios (las tartas de diámetro cada vez mayor) hasta la base, para concluir con el envoltorio de celofán que protege el conjunto. Recordáis aquello de Huidobro de "hacer florecer la rosa en el poema"; pues bien, aquí tenéis un auténtico poema-objeto, pero tocado además por una ironía sutil e incisiva, dicha como quien no quiere la cosa.

Los paréntesis puestos del revés, que cortan el segundo y el penúltimo verso, delimitan hacia afuera dos elementos reflejos: al principio, la realidad objetiva (su primer trozo: las figuritas de los novios); al final, la afirmación ontológica (nada existe) que viene a disolver toda la realidad intermedia con un súbito y supuestamente serio hachazo filosófico. Entre ambos términos se halla  la descripción, a lo largo de la cual el sujeto, paulatina y entrecortadamente, con medios escasos y rudimentarios, avanza vacilante en la observación y definición del objeto. De un poema genial como éste (del que, por cierto, se conserva una lectura grabada por el autor) podría decirse mucho: entre otras cosas, que, por tratarse de un objeto que irradia un fuerte simbolismo ideológico y social, el efecto de su disolución, de su irrealidad, es más devastador si cabe. El lector observará la coincidencia con el poema de Williams mostrado ayer: el pase de prestidigitación que nos escamotea la realidad es análogo, pero en este caso el proceso que se esfuma ante nuestros ojos no es un fenómeno externo, sino nuestra observación misma ...


Un apunte: como mi versión instaura una métrica homogénea ausente en el original, incrementa el número de versos. Y otro: la descripción de la tarta, hecha de arriba abajo, tiene un componente visual, pero el escritor, aunque habría podido recrear esa figura disponiendo los versos sobre un eje central y alargándolos gradualmente a medida que bajaba (y en muchos de sus poemas juega con estos y otros recursos tipográficos), prefirió no hacerlo, probablemente para no distraer de la secuencia conceptual que el poema mismo expresa de forma tan definitiva.


this little bride & groom are
standing)in a kind
of crown he dressed
in black candy she

veiled with candy white
carrying a bouquet of
pretend flowers this
candy crown with this candy

little bride & little
groom in it kind of stands on
a thin ring which stands on a much
less thin very much more

big & kinder of ring & which
kinder of stands on a
much more than very much
biggest & thickest & kindest

of ring & all one two three rings
are cake & everything is protected by
cellophane against anything(because
nothing really exists

*****************

esta novia este novio
de miniatura están
de pie)sobre una especie
de corona él vestido

de negro azúcar ella
cubierta con un velo
de azúcar blanco lleva
un ramito de flores

de pega esta corona
de azúcar con su novia
y su novio de azúcar
en miniatura como

que está sobre un delgado
círculo que a su vez
se sujeta en un círculo
mucho menos delgado

como que mucho más
grande y como que círculo
y que como que está
puesto sobre otro círculo

que es el más grande y grueso
y el más como que círculo
y uno dos y tres todos
esos círculos son

de tarta protegida
toda por celofán
contra nada(porque en
realidad nada existe

2 comentarios:

  1. Estupenda la versión; pero todavía mejor la explicación que precede. Porque lo que habría que subrayar es que se necesita forzar los hábitos de lectura de versos de los lectores, para que no solo vayan a buscar el gorgorito lírico o el temblor romántico –que también– sino todo el ancho campo que la poesía va recuperando, para diluirse en el universo de la creación actual, que es el final, por ahora, de ese camino.

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  2. "gorgorito lírico o el temblor romántico"
    Don Pablo, los lectores de poesía de hoy son mucho más sofisticados de lo que solíamos ser nosotros en nuestra adolescencia...Yo tendría que sacarme de ese nosotros ya que nunca me gustaron los gorgoritos...ni el día de san Valentín!
    Pero le doy la razón: la explicación de Don Javier vale más que el poema.

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